Adiós, Felicia
Las llamadas telefónicas molestas son una experiencia humana colectiva. Puede ser esa tía molesta con la que tu madre siempre te obliga a hablar, o tu jefe llamándote el viernes por la mañana; las posibilidades de llamadas molestas son infinitas. Hay muchas formas de librarse de una llamada molesta, pero a menudo, pueden revelar que no quieres hablar con esa persona (y eso siempre es incómodo). Excepto quizás por este truco que encontramos:
Aunque parezca un truco muy sencillo, en realidad es una genialidad. Así no tendrás que pasar por el momento incómodo de que la persona descubra que en realidad no quieres hablar con ella. Y si intenta devolverte la llamada, puedes jugar la carta de “me quedé sin batería”, así que es prácticamente infalible.