#34: Nada grave
Lidiar con un familiar o un ser querido que es sonámbulo es diferente a hacerlo con alguien que apenas conoces. Hay algo en el comportamiento impredecible de alguien que camina dormido que lo vuelve desconcertante. Esta persona tenía un compañero de cuarto en primer año que era sonámbulo. La primera vez que lo vio en acción lo tomó completamente por sorpresa.
Resulta que el compañero estaba sentado al costado de la cama mirándolo directamente. ¡Ay! Para colmo, estaba diciendo tonterías sobre golf. A pesar de que nuestro narrador sabía que su compañero era sonámbulo, estaba completamente asustado porque mantuvo contacto visual directo con él todo el tiempo. Al día siguiente, el compañero de piso se rio y no le dio importancia. ¡Nada grave!