#10: Sabíamos mantenernos entretenidos…
Ah, la época dorada de los juegos de computadora de los 90, en la que nuestro entretenimiento no dependía de las conexiones a Internet, ¡solo de una computadora fiel y una dosis de magia pixelada! Nos reuníamos alrededor de la computadora familiar y rezábamos para que los chirridos de la conexión telefónica no interrumpieran nuestros juegos.
Olvídate de los gráficos de vanguardia; teníamos personajes en bloques y naipes que requerían una imaginación desbordante para reconocerlos. A pesar de los fallos y los gráficos de baja resolución, aquellos juegos despertaron nuestra imaginación, fomentaron amistades y alegraron nuestras vidas anteriores al Internet.
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