Adiós… ¿para siempre?
A veces es difícil darse cuenta de si un niño está siendo dulce o totalmente siniestro. Problemas de crianza, ¿verdad? Una noche, después de acostar a su hijo de dos años, este padre se estremeció. Hizo la rutina habitual de la hora de dormir, lo arropó y le dio las buenas noches. En lugar de la respuesta habitual, su hijo dijo algo inesperado y preocupante.
Decir “adiós” en lugar de “buenas noches” tiene un matiz especialmente siniestro. Era pequeño, así que probablemente no entendió el significado que había detrás de sus palabras. Aunque este padre probablemente sabía que su hijo solo estaba jugando con frases y palabras nuevas, eso no le impidió ir a chequear que estaba allí durante toda la noche. No lo culpamos. ¡Haríamos lo mismo!